Los Temperamentos

   Pocas personas llegan a darse cuenta de la importancia que tienen en la vida el conocimiento del propio temperamento. La ignorancia o impropiedad comienza desde llamarlo carácter. Muchas veces escuchamos en las conversaciones familiares la queja de tener un mal carácter... Oímos también decir: ¡que carácter tan voluble!; o ¡que bonito carácter!, o "es todo un carácter". Calificativos tales son impropios si los consideramos desde el punto de vista etimológico y psicológico.
 
   Etimologicamente carácter, del griego jarakter, significa señal impresa o grabada; de allí paso a significar algo indeleble, que no puede borrarse. Por eso se dice que los Sacramentos del Bautismo, Confirmación y Sacerdocio, imprimen carácter, es decir, imprimen en quienes los reciben una señal que permanece en el alma para siempre, aun en los condenados. Este origen etimológico de grabar, indica tanto el instrumento como la acción y el efecto, por ejemplo, el cincel y el buril con los que se  labra el mármol o el bronce. 

   Si se pasa de la significación material a la psicología y moral, es decir, a la que resulta del actuar del hombre, descubrimos en el carácter una triple realidad: 

    1. En el exterior, una marca mora que distingue al sujeto de los demás y que le da fisonomía. "La fisonomía, dice un autor moderno, es el retrato del alma, su reflejo constante en el cuerpo, la que le da forma y vida. La fisonomía nos delata, nos descubre sin quererlo y nuestra vida, por oculta y obscura que sea, nos sigue a todas partes, como un honor o como una afrenta". 

   2. En el interior descubrimos el alma, que es lo que da la vida a la marca exterior. El alma constituye nuestro ser que se revela en las acciones, las que a su vez descubren el carácter individual de cada persona. 

  3. En ese constitutivo interior del carácter, que es el alma, descubrimos las tres facultades espirituales: el entendimiento, la voluntad y la memoria. Y de esas tres facultades características del hombre, ¿cual es la que da forma, vida y energía al carácter? La voluntad. La facultad de querer y no querer, de decidir entre lo mediocre y lo mejor, entre lo bueno y lo malo.

  Un hombre de carácter sera siempre un hombre de voluntad. Con razon el gran Lacordaire definía el carácter como la energía sorda y constante de la voluntad, un no se que de inalterable en las resoluciones, algo mas inalterable aun en la fidelidad a si mismo, a las propias convicciones, alas amistades, a las virtudes; una fuerza interna que emana de la persona, e inspira en todos esa certidumbre que llamamos seguridad. 


 

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